jueves, 15 de julio de 2010

Dios

Hoy miré al cielo. Estaba despejado y los pájaros entonaban un alegre canto, que hacía de aquella mañana algo más que una simple mañana de verano. Cada mañana, yo salía en busca de algo que me hiciera creer en el más allá, en un firmamento lleno de Ángeles, Santos y Dioses. Pero todo esto se me derrumba cada vez que noto la sangre que corre por mis venas. El firmamento se abre, y las estrellas condenan a las criaturas a un pecado infinito. El dolor se cierne en mi cabeza, y los ángeles se vuelven centauros que con sus espadas atraviesan toda alma que ven. Presiento engaños, traiciones y éxtasis.
Todo, gracias al cielo, ha sido un vano sueño. Un sueño que he sentido en mi alma. Ahora sí, es de día, el cielo, encapotado, anuncia tormentas. Mis pensamientos son:- Quizás los dioses están en guerra-. Pero como eso es solo un cuento, una mísera ilusión que pocos creen, y creen en ello para tener en qué refugiarse a la hora de llegada del dolor.

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